Juan Valera y Brasil - Entrevista a
Mª de la Concepción Piñero Valverde


(En conversación con Jean Lauand, en 28-2-99, la profesora livre-docente de la Universidade de São Paulo - autora de Juan Valera y Brasil: un encuentro pionero, Qüásyeditorial, 1995; Juan Valera: A poesia do Brasil (ed. bil.), Madrid, La Factoría, 1996 y "D. Juan Valera y el indianismo romántico brasileño", Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, N. 570, Dec. 97 -; habla de una de sus líneas de investigación.
Edición de la entrevista: Jean Lauand)

JL: ¿Cómo te interesaste por don Juan Valera?

CP: En cierto sentido, Valera ya era antiguo conocido mío, como de todos los que estudian Literatura Española. Pero mi gran encuentro con Valera se dio mucho después, gracias a una circunstancia que nos aproximaba: el vínculo con Brasil, país donde vivo y trabajo hace ya muchos años. Y desde que llegué he tenido el deseo de hacer una investigación sobre algún aspecto menos conocido de la presencia cultural española en este país. Así se determinó mi interés por el escritor, que había vivido en Brasil, como secretario de la Legación española, a mediados del siglo XIX. A esa decisión contribuyeron dos estímulos importantes. Uno fue el de mi padre, gran apreciador de Valera, y otro estímulo me vino de la Junta de Andalucía y de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, que en 1991 organizó un concurso iberoamericano sobre la presencia de Andalucía en América. Presenté un proyecto de investigación sobre Valera, que resultó elegido y financiado, y este apoyofue fundamental para que mi interés por la obra “brasileña” de don Juan Valera pudiese llegar a resultados concretos.

JL: ¿Cuáles son los textos que componen esa obra “brasileña” de Valera y cómo se sitúan en el conjunto de su producción literaria?

CP: Son numerosos los escritos de Valera que contienen referencias importantes al mundo de lengua portuguesa y, específicamente, a Brasil. Pero, sin olvidar esas referencias dispersas, podemos decir que la obra “brasileña” del escritor -esto es, los escritos que tienen como tema central el Brasil y los brasileños- está formada, en primer lugar, por el epistolario, escrito desde Río de Janeiro,entre 1851 y 1853. Esas cartas, dirigidas principalmente al escritor Serafín Estébanez Calderón, se publicaron casi completas no hace tanto tiempo. Además del epistolario, forman la obra “brasileña” de don Juan el ensayo De la poesía del Brasil, originalmente publicado en 1855, y la novela Genio y figura, de 1897.

Todos esos textos sobresalen en el conjunto de la obra de Valera. El epistolario es una verdadera obra de arte de humorismo. Esas cartas “brasileñas”, con su predilección por lo grotesco en los tipos humanos que describe, son la raíz no sólo de Genio y figura sino de toda su futura creación como novelista. Leyendo las cartas, Estébanez Calderón animó a su amigo a dedicarse a la novela. En el epistolario se encuentran, también, importantes observaciones sobre la literatura y la cultura brasileña, después sistematizadas en De la Poesía del Brasil. Este ensayo, en que Valera, antes de los teinta años de edad, se revela seguro crítico, ocupa en la historia de la recepción de la literatura brasileña un lugar casi único.

JL: Te pediría que hablaras un poco más del epistolario “brasileño” de Valera. ¿Esas cartas son, entonces, un documento contemporáneo sobre la vida en el Brasil del siglo XIX?

CP: Las cartas que Valera escribió desde Río de Janeiro presentan, ciertamente, un valor “documental”, al retratar aspectos de la antigua capital brasileña y de la sociedad que la componía. La mirada de Valera se dirige hacia todas las direcciones del país que lo rodea, desde el palacio imperial hasta las miserables habitaciones de la población esclava. Figuras históricas como Varnhagen, la baronesa de Sorocaba y el mismo Pedro II surgen en esas páginas. Pero esas cartas no pretenden ser, como dice el mismo escritor, un retrato “fiel”. Valera confiesa que siempre tuvo inclinación por resaltar lo burlesco. De ahí la nota humorística de casi toda la correspondencia de Río de Janeiro (y lo mismo ocurrirá después, en las famosas cartas que don Juan escribirá desde Rusia). Pero la mirada burlesca de Valera, aunque alcanza también a algunos cortesanos brasileños, se dirige, sobre todo, a los europeos que, con métodos muchas veces discutibles, intentaban adquirir prestigio en la capital del imperio. Surgen, así, figuras como la de Antonio Deodoro de Pascual, que bajo el seudónimo de Adadus Calpe ganaba dinero y prestigio como maestro en ciencias ocultas, o la de la francesa Jeannette, cantora madura y decadente, casada por interés con un viejo y rico comerciante y decidida a conquistar al joven Valera (que asustado esquiva la indeseada preferencia).

JL: Has hablado también de la importancia del ensayo de Valera. ¿Puedes añadir algo al respecto?

CP: Cuando Valera publica De la poesía del Brasil todavía estaba lejos de ser reconocida, incluso en el mundo de lengua portuguesa, la autonomía de la literatura brasileña. Es significativo que el crítico considerado el primer europeo en reconocer esa autonomía, el francés Ferdinand Denis, continúe presentando la literatura brasileña como apéndice de la portuguesa. Basta pensar en el título de su ensayo (de 1826): Résumé de l’histoire littéraire du Portugal suivi de Résumé de l’histoire littéraire du Brésil. Valera, que conocía el Résumé, fue más allá: escribió un ensayo dedicado, exclusivamente, a la poesía brasileña. Con esto, aseguró, entre los lectores europeos, el reconocimiento del valor intríseco de la literatura brasileña. Y lo aseguró no sólo como principio sino también como criterio de estudio de los escritores. Pues el ensayo de Valera aproxima los poetas brasileños de sus contemporáneos hispanoamericanos y no de los poetas europeos. Con este criterio Valera formula apreciaciones notables, por ejemplo, su percepción de la grandeza de Gonçalves Dias y su antevisión de la importancia que la novela podría llegar a tener en la literatura brasileña. El ensayo de Valera, además de esto, ofreció al público de lengua española una pequeña antología de los grandes poetas románticos brasileños. Para darnos cuenta del valor histórico de este ensayo conviene recordar que en seguida después de su publicación estallaría en Brasil la célebre polémica sobre ‘A Confederação dos Tamoios’, donde la cuestión de la autonomía literaria de Brasil sería el centro de las discusiones y donde empezaría a sobresalir el nombre del futuro gran novelista romántico brasileño: José de Alencar.

JL: ¿Qué significado tiene Genio y figura en el conjunto de las novelas de Valera?

CP: Esta novela, que sólo con Morsamor don Juan ambienta fuera de España, representa con Morsamor, de 1899, su fase final como novelista. Y es significativo que estas obras, escritas poco antes de la muerte del escritor (en 1905), tengan como nota dominante el iberismo, la convicción de que los pueblos peninsulares, y los pueblos americanos que de ellos se originaron, son llamados por sus raíces comunes a formar una gran comunidad. Puede notarse que algo semejante, bajo cierto aspecto, viene inspirando aún hoy a un escritor tan actual como José Saramago, tanto en una novela como A Jangada de Pedra, como en recientes declaraciones dadas con ocasión de su Premio Nobel. Genio y figura es una evocación del Brasil de los años alrededor de 1850. El viejo Valera recuerda personas y lugares que había conocido cuarenta años antes. Es en aquel Brasil del inicio del gobierno de Pedro II cuando vive sus mejores años la española Rafaela, pícara, pero sentimental, casada con un pacato brasileño. El trágico fin de Rafaela, viuda y solitaria, en el París de los tiempos de la guerra franco-prusiana, parece simbolizar no sólo el fin de la sociedad decimonónica, y los duros tiempos reservados a los pueblos ibéricos, sino el presentimiento de que el inminente siglo XX estaría marcado por la tragedia.

JL: Has hablado, al principio, de tu interés por la investigación de las relaciones culturales hispanobrasileñas. Para concluir¿cómo ves el lugar de Valera en la historia de esas relaciones?

CP: El lugar de Valera es único. Como decía hace poco, basta su reconocimiento de la autonomía de la literatura de Brasil para considerarlo pionero de los hoy llamados “brasilianistas”, no sólo entre los españoles, sino entre los europeos de modo general. Se debe añadir que las relaciones culturales hispanobrasileñas fueron intensas desde el siglo XVI hasta mediados del XVIII, pero alrededor de 1800 empiezan a debilitarse, para revigorarse solamente en nuestros días. Así, en el panorama específico de la presencia española en el Brasil del siglo XIX, Valera es uno de los raros nombres que ofrece una contribución fundamental. Desgraciadamente esa contribución todavía no ha sido suficientemente reconocidaen España o en Brasil. En fin, en los estudios sobre Valera he procurado ayudar a hacer más conocida su obra “brasileña”. Agradezco, por tanto, la excelente oportunidad que me habéis dado con la presente entrevista.