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Óscar de la Cruz Palma
Universitat Autònoma de Barcelona
Oscar.delacruz@uab.es

 

La investigación sobre las traducciones (latinas) del Corán lleva a distinguir, como exige el estudio de la historia de los textos, dos problemas diferentes, pero relacionados con la recepción del mundo islámico en el occidente europeo: por un lado, el estudio de las traducciones (latinas) del Corán debe atender tanto las características filológicas que tienen estas traducciones (literalidad, calidad y estilo, difusión manuscrita e impresa, etc.), como las motivaciones que justifican estos ejercicios de traducción (contexto histórico y cultural). Por otro lado, y en relación con este segundo aspecto, el estudio de las traducciones del Corán conduce hacia el estudio de los comentarios y de las lecturas del Corán que han hecho sobre el mismo.

A la hora de atender este asunto, deberían hacerse algunas consideraciones previas, tan importantes para el mundo musulmán que, por sí mismas, ya merecen atención especializada. Son cruciales, además, para entender cómo se leyó el Corán en el territorio de la Europa cristiana. Por ejemplo, probablemente se pueda afirmar que desde el principio no existió la conciencia del problema que implica "traducir" el Corán. Revelado en lengua árabe, es intraducible. El estilo mismo del Corán, inimitable, es una prueba del acto de la revelación. Cualquier traducción a otra lengua, es considerada un comentario, y no el texto mismo de la revelación. La primera traducción del Corán, que en absoluto cuenta con estas premisas como criterio de trabajo, convirtió al Corán en una abrupta fuente de argumentos que había que refutar.

El argumento en contra del Islam que consiste en poner en duda la veracidad del Corán por medio de las críticas a su estilo comienza aparecer cuando el conocimiento sobre el Islam aumentó gracias a los contactos directos, especialmente a partir de la segunda cruzada, y, sobre todo, gracias a los estudios elaborados por los misioneros durante la preparación y el desarrollo de la experiencia del contacto directo con el mundo islámico, es decir, a mediados del siglo XIII. Ramon Llull es uno de los primeros ejemplos [1] .

En suma, la historia de las traducciones latinas del Corán parece ser la búsqueda de argumentos en contra del islam. Esta confrontación, sin embargo, no se conformó sólamente con la lectura a contra pelo del texto sagrado [2] . Antes al contrario, previamente a la aparición de la primera traducción latina del Corán, la de Robert de Ketton, Toledo, 1143, existía una corriente que pretendía la ridiculización del Profeta Mahoma mediante el uso interesado de la Sunna y las Hadith, esto es, la vida y los dichos del Profeta, en la mayoría de las ocasiones presentados de forma legendaria y manifiestamente ridícula. A partir del siglo IX hay documentadas leyendas sobre el Profeta que se convirtieron, antes que la lectura misma del Corán, en los primeros argumentos que procuraban la descalificación del Islam.

A mediados del siglo XII, el Abad de Cluny Pedro el Venerable (1092-1156), con ocasión de su visita a los monasterios españoles, dedice impulsar la traducción del Corán al latín y la recopilación de información sobre el mundo islámico. Gracias a este empeño se llegó a conseguir un corpus de textos que superaba con creces la información que el mundo latino poseía sobre el Islam. Es la famosa collectio Toletana o corpus Toletanum, compuesto por diversos títulos y autores, entre los cuales Robert de Ketton (asistido por la ayuda de algún mozárabe) aportaría la primera traducción latina del Corán en 1142. Por lo tanto, la famosa colección de Pedro el Venerable (el corpus Toletanum) no sale de la nada. Si Pablo y Alvaro de Córdoba (s.IX) inauguran la literatura de confutación del Islam en lengua latina, esta tradición se abriría con más antelación en el levante bizantino, donde, más informados por la proximidad territorial, comenzaría a ser importante desde san Juan Damasceno (c.675-754) [3] , señalado como el primer autor cristiano en componer tratados de invectiva contra el islam.

Así pues, el estudio de lo que podríamos llamar la recepción del mundo islámico por parte del mundo cristiano (sea ortodoxo, católico o protestante, ya que cada confesión matiza distintivamente su percepción del Islam, sea por proximidad territorial, sea por una gradación de beligerancia respecto al mismo) supone una tradición de referencias al Islam que viene desde la época anterior a las traducciones (latinas) del Corán y que mantiene su pervivencia y aumenta su vigor con la existencia de las mismas. Se trata, pues, de una línea de tradición que aporta una enorme documentación datable desde principios del siglo VIII hasta la actualidad.

La primera traducción latina del Corán, pues, está estrechamente ligada con la tradición de comentario y de recepción del mundo islámico por parte del mundo cristiano. Esta primera versión latina del Corán, que estaría acabada el año 1142, señala un punto importante en la tradición de comentario del mundo islámico, ya que ofrece a Occidente por primera vez el texto fundamental de la fe musulmana y, por lo tanto, la base doctrinal de los comentarios sucesivos [4] . Por este motivo, resulta especialmente interesante el manuscrito de París (Bibl. del Arsenal, ms. 1162 [5] ) que conserva una serie de notas marginales a la traducción de Ketton que servirían de apuntes para la redacción de obras en contra de la doctrina musulmana.

La traducción latina de Ketton, sin embargo, no es la única que conocemos. Entre ésta y la última traducción elaborada por Ludovico Marracci (Padua, 1698), se interponen la de Marcos de Toledo (terminada entre 1209-1213 [6] ); la de Juan de Segovia (†1458), de la que sólo se conserva el prólogo [7] ; la misteriosa traducción atribuida al Patriarca de Constantinopla Cirilo Lúcaris (1572-1638) y el no menos misterioso proyecto de traducción ideado por el franciscano Dominicus Germanus de Silesia (med. s. XVII) [8] .

Este catálogo de versiones, el alcance de las cuales está por estudiar, podría ampliarse con alguna versión completamente perdida. [9] En fin, otro problema no demasiado lejano del catálogo de versiones latinas del Corán, es el de las redacciones en las lenguas neolatinas, incluyendo las versiones anglogermánicas y neogriegas.

Hasta la aparición de la traducción de Ludovico Marracci en 1698, la traducción de Robert de Ketton es la versión latina del Corán más difundida y utilizada para la elaboración de tratados de refutación del Islam. Teniendo en cuenta los prejuicios con los que cuenta esta traducción, a la hora de plantear la imagen que el occidente europeo se hizo (y mantuvo) del mundo islámico, puede resultar significativo notar la repercusión y la difusión de la misma. Comprobar el éxito de esta traducción, en otras palabras, sirve para constatar hasta qué punto la Europa medieval y moderna, a pesar de los avances en otros campos, mantuvo un lenguaje austero y una idea preconcebida en el siglo XII [10] .

Entre los siglos XIII-XV hay que citar unos cuantos nombres que utilizaron la traducción de Ketton y el conjunto de textos incluidos en la collectio Toletana. Entre ellos, el enciclopedista Vincent de Beauvais (Vincentius Bellovacensis, c.1190-1264) copió en su Speculum historiale, largos fragmentos de algunas obras de la compilación de Pedro el Venerable. La enorme difusión de la obra de Beauvais en la Edad Media hizo que las ideas de la collectio se perpetuasen largamente. Además, el impresor Teodoro Bibliander [11] recogió del Speculum algunos de los textos de la collectio, con lo que éstos aumentaron su difusión mediante la imprenta [12] . La influencia que la información transmitida por Beauvais tuvo sobre la Legenda aurea [13] de Voragine (Iacobus a Voragine, c.1126-1298) abunda en la idea de la difusión de la información sobre Mahoma generada por el corpus Toletanum.

Por otro lado, la traducción de Ketton fue utilizada por los misioneros enviados a Oriente. El explicit de la reedición de 1550 de la referida obra de Bibliander señala que uno de los manuscritos que utiliza para su edición había sido copiado en Constantinopla "per manus Clementis Poloni de Vislicia, A.D. MCCCCXXXVII, mensis Januarii ultima in Constantinopoli, et ad instantiam Magni [sic pour Magistri] Joannis de Ragusio ordinis Praedicatorum, tunc in Constantinopolis degentis" [14] .

Así mismo, el dominico Ricoldo da Monte Croce (Riccoldus Montecrucis, ca. 1243-1320), misionero en el próximo oriente,  utilizó el Corpus Toletanum para su obra Confutatio Alcorani [15] . La formación de Ricoldo debió de ir más allá de las noticias ofrecidas por el corpus [16] . Su Confutatio Alcorani, conocida también como Contra legem Saracenorum, tuvo una fortuna inmensa. Esta obra fue traducida al griego por Demetrio Cidones (ca.1324-1397) y retraducida poco tiempo después al latín por Bartolomé de Monte Arduo [17] . Esta segunda versión del texto de Ricoldo fue también popularizada por Bibliander en su obra sobre el islam. Como ha señalado H. Bobzin, "su influencia llega incluso al siglo XVIII, cuando el orientalista Adrian Reland (1676-1718) escribió su importante obra  De religione Mohammedica libri duo, (Utrecht, 1705), donde critica vivamente las falsas ideas atribuidas a los musulmanes por los teólogos cristianos, llamando la atención sobre el estudio directo de las fuentes árabes del Islam" [18] .

A mediados del s.XV resulta especialmente importante señalar la influencia de la traducción de Ketton y del corpus Toletanum sobre Nicolás de Cusa (Nicolaus Chripffs Cusanus, †1464). En el prefacio de su Cribatio Alcorani [19] se lee claramente que encontró un ejemplar de la colectio de Pedro el Venerable en Pera, cerca de Constantinopla [20] . Así mismo, algunas de las noticias sobre Mahoma traídas por Nicolás de Cusa fueron utilizadas nuevamente en la edición de Bibliander.

La influencia del cusano sobre Juan de Segovia igualmente merece ser señalada. Si éste obtuvo un ejemplar del Corán de Ketton gracias a Nicolás con motivo de su encuentro en el Concilio de Basilea de 1432 [21] , Juan de Segovia lo estudiaría cuidadosamente durante algunos años, quizás gracias a lo cual llegara a la conclusión de la necesidad de una nueva traducción del Corán [22] . Siguiendo la afirmación de M.Th. d'Alverny, la traducción perdidad (?) de Juan de Segovia, que redactaría animado por su amigo Nicolás de Cusa [23] , utilizaría la versión de Ketton [24] .

Contemporáneamente la influencia de la traducción de Ketton y de las obras del corpus Toletanum se dejan sentir en algunos otros nombres: Dionisio el Cartujano (Dionysius Carthusianus, 1402/3-1471) utilizó la versión de Ketton para su obra Contra Alchoranum et sectam mahometicam libri quinque [25] . Georges of Hungaria utilizó el Corpus Toletanum para su obra Tractatus de moribus, religione, conditionibus et nequitia Turcorum. [26] Paolo Giovio (1483-1552) utilizó el Corpus Toletanum para su obra Turcicarum rerum commentarius y su obra Ordo ac disciplina Turcicae militiae [27] . Juan de Torquemada (1388-1468) utilizó la versión de Ketton para su obra Tractatus contra principales errores perfidi Mahometi, 1459 [28] .

En 1543 el citado impresor suizo Theodoro Bibliander (T. Buchmann, 1497/1507-1560/1568) dio un impulso a la traducción de Ketton llevándola a la imprenta, junto a una recopilación de otros textos de la collectio Toletana y de la tradición anteior (Beauvais, Cusa, et al.), bajo el título Mahumeti Saracenorum principis eiusque successorum uitae, doctrina ac ipse Alcoran... quae ante annos CCC... D. Petrus abbas cluniacensis per uiros eruditos... ex arabica lingua in latinam transferri curauit... opera et studio Theodori Bibliandri... Basilea, 1543; 15502, in-4º. Como hemos expuesto en otra ocasión [29] , la impresión del Corán por parte de Bibliander no estuvo exenta de problemas. Ante los graves problemas de censura a los que estuvo expuesto [30] , Bibliander se decidió a acompañar la traducción del Corán de Ketton [31] con una amplia textos que sirviera para la redacción de una literatura antiislámica. De este modo, a contra pelo de la tendencia humanística, Bibliander perpetuaba en la imprenta una tradición medieval que arrancaba con los prejuicios del s. XII, a pesar de que mucha de la información ya estaba entonces superada. La edición de Bibliander, además, cuenta con el extraordinario interés de estar fabricada en las tierras donde ya se había establecido la Reforma. No en vano, fue fundamental para que viera la luz el apoyo del cardenal Melanchthon y de Lutero, que añadieron sendos prólogos en favor de esta recopilación y, por lo tanto, del Corán latino.

Inmediatamente a la primera impresión, el corpus Toletanum con las introducciones de la edición de Bibliander gozaron de una edición epítome por obra de Johann Albrecht von Widmanstetter (1506-1557), titulado Mahometis Abdallae filii Theologia dialogo explicata... Alcorani Epitome Roberto Ketense Anglo interprete. Nüremberg, 1543. Así mismo, la impresión de Bibliander fue la base de las traducciones del Corán en otras lenguas modenas, como la versión italiana de Andrea Arrivabene, Venècia 1547 [32] , la versión alemana de Schweigger (1551-1622), Nüremberg, 1616 [33] , la versión holandesa anónima aparecida en 1641 en Hamburg [34] y la versión francesa de A. du Ryer [35] .

El siglo XVII continúa encontrando útil la traducción de Ketton. Stephanus Aratoris, en su Confutatio  publicada en 1611 [36] ,  demuestra conocerla, pues en el libr. III, nota: "Diuiditur totus Alcoranus in uersione latina in Azoaras 125. Caput 1 siue Azoara prima:

In nomine misericordis Dei, miseratoris, gratias Deo, Domino universitatis, misericordi, miseratori, iudici diei, te oramus, in te confidimus, mitte nos in uiam rectam, uiam eorum quos elegisti, non eorum quibus iratus es neque infidelium". Esta es la traducción de Ketton para la Sura I.

Igualmente Michel Baudier (c.1589-1645), Histoire générale de la Religion des Turcs avec la naissance et la mort de leru prophète Mahomet, et les actions des quatre premiers califes qiu l'ont suivy. Celles du Prince Mahuvius, et les ravages des Sarrasins en Europe, aux trois premiers siècles de leur loyy. Ensemble le tableau de totute la chrestienité à la venüe de Mahomet, Paris,1625; typ. Guignant, Paris, 1632; typ. Berthelin, Rouen, 1641 [37] . Del mismo modo, François Dan, Histoire de la Barbarie et de ses corsaires, des Royaumes et des villes d'Alger, Tunis, Salé et Tripoli, P. Rocolet, Paris, 1637 [38] . Así mismo, aunque indirectamente, Ketton mantiene la influencia sobre el orientalista Johannis Georgius Nisselius (m.1662): Historia de Abrahamo et de Gomorra-Sodomitica eversione ex Alcorano eiusque Surata XIV et XV Arabice e probatissi. cod. mss. fidelissime deprompta, cum quam plurimis exemplaribus accurate ac diligentissime collata, nec non commodioris interpretationis ergo Triplici Versione Latina versita opera et studio Johannis Georgii Nisselii, Lugduni Batavorum, ex officina Jo. Elsevier, sumptibus acthoris, Leiden, 1655. Según H. Bobzin, "para su propia versión añadió la antigua versión toledana de Robert de Ketton y, además, una versión francesa de André du Ryers" [39] .

Para concluir, cabe señalar que la traducción de Ketton estuvo ante los ojos de dos nuevos traductores del Corán en lengua latina: la del franciscano Dominicus Germanus de Silesia [40] , cuya versión estamos dispuestos a publicar, y la del clérigo regular Ludovico Marracci, aparecida en Padua en 1698 [41] .

Conclusión.

La enumeración de las obras en las que ha influido directa o indirectamente la primera traducción del Corán en lengua latina (Robert de Ketton, 1142), así como la información sobre el mundo islámico que la acompañaba en la collectio Toletana compilada por instancia del abad de Cluny Pedro el Venerable, es la muestra de cómo las ideas medievales sobre el Islam y sobre el Profeta Mahoma pudieron quedar perpetuadas en la cultura europea de la época moderna. Si bien es cierto que los conocimientos sobre el "otro" fueron profundizándose con el tiempo, el éxito de la traducción de Ketton, que contiene tantos prejuicios contra el Islam, demuestra que el discurso antimusulmán se fundamentaba en muchas ocasiones en una información elaborada, cuanto menos, sin rigor, por no decir en una información destianada a la destrucción del enemigo musulmán.

El estudio que aquí hemos ofrecido sobre la transcendencia de la traducción de Ketton, aún sabiendo que no es exhaustivo y que puede ampliarse con mucho, supone, pues, para nosotros una muestra de cómo se perpetúa con validez en la erudición de la Europa occidental una idea malintencionada del Islam. Aunque la traducción de Ketton y el corpus Toletanum no fueron las únicas fuentes de información, añadir un amplio elenco de fábulas y leyendas sobre la vida de Mahoma contriburía, creemos nosotros, a abundar en esta idea. Las traducciones posteriores del Corán en lengua latina, sumando la de Marcos de Toledo a principios del siglo XIII, aparecidas entre los siglos XV y XVII, contaron con mayor rigor científico. Sin embargo, la competencia del latín con las nuevas lenguas europeas había hecho nacer estas traducciones como ancianos escleróticos. En estas fechas, pues, sobre todo gracias al enorme éxito de la recopilación publicada por Bibliander, la traducción de Ketton y las ideas medievales sobre el Profeta y el Islam se habían perpetuado entre los eruditos, mientras que las nuevas traducciones latinas no podían alcanzar a todos los públicos.



* Este artículo se ha elaborado en del marco del proyecto de investigación BFF2000-1097-C02-02, dirigido por el profesor José Martínez Gázquez y financiado por la DGICYT.

[1] Cf. por ejemplo, Llibre del gentil e dels tres savis (Liber de gentili et tribus sapientibus)liber IV, 4.1: Mafumet fo home lec qui no sabia letres e l'Alcorá es lo pus bell dictat qui sia ni qui eser pusca. On, si no fos per volentat e per obra de Deu, Maffumet no pogra fer ni dictar tan bell dictat ni tan ordenades paraules con son celles del Alcorá. E cor per lo poder de Deu sia l'Alcorá tan bell dictat, e sia donat per Mafumet qui no sabia letres ni avia per si metex poder de dictar tan belles paraules, cové que l'Alcorá sia paraula de Deu (ed. A.Bonner, NEORL II, Palma de Mallorca, 19931, 20012): Mac<h>ometus fuit homo laicus expers scientia; Alcora vero est pulchrius dictamen quod sit ne<c> esse valeat. Vnde nisi foret divina voluntate et opere, Machometus non posset sic pulchrum dictamen nec sic ordinata verba, sicut sunt in Alchora, facere nec dictare. Et cum divina potestate Alchora sit tam decorum carmen et sit per Mac<h>ometum traditum, qui ignorabat litteras nec per semetipsum dictandi tam pulchras parabolas potestatem habebat, oportet quod verbum a Deo traditum sit Alchora (apud ms. 1414, Roma, Biblioteca Casanatense, fol.135ra. -prim.med.s.XV).

cf. Demetrio Cidones (PG.94,1058-9): Oportet scire quod Alcoranum non est lex Dei, propterea quod non habet stylum nec modum diuinae legi similem. Est igitur stylo rhythmicum uel metricum, et assentatione plenum in sermonibus, et fabulosum. Quod autem stylo rhythmicum sit, per totum librum manifestum est legentibus. Exemplum autem huius non possum apponere, propterea quod non potest saluari rhythmus uel uersus uere et secundum omnia, cum in Latinum transfertur. Saraceni autem et Arabes in hoc maxime gloriantur, quod locutio quae est apud eos, legis celsitudinem habet et rhythmum, et in hoc maxime ostenditur librum a Deo compositum fuisse, et Mahometo secundum locutionem reuelatum esse. Mahometus idiota existens, ignorabat talem sententiam et locutionem. Sin embargo, continúa argumentando, en ningún lugar de las escrituras donde aparece la palabra de Dios se emplea el mismo estilo rítmico, por lo que queda demostrado que no es la forma de hablar de Dios. Además, continúa diciendo Riccoldo (Cidones) en este parágrafo, el Corán está lleno de cosas ridículas, de las que pone varios ejemplos, para concluir (col.1062): neque enim solitus est Deus per tales fabulas cum hominibus loqui.

[2] En palabras de N. Daniel, Islam et Occident, Paris, 1993, p.35: "Pourtant, les fondements de l'islam furent bien compris par un grand nombre d'auteurs et interprétés délibérément à contresens par la plupart".

[3] Esta literatura damascénica está brillantemente recogida y comentada por R. Le Coz, Jean Damascène. Écrits sur l'Islam, col. "Sources Chrétiennes", 383, Paris, 1992. Ver también, A. Ducellier, Chrétiens d'Orient et Islam au Moyen Age VIIe-XVe siècle, Paris, 1996 (especialmente, cap. 3).

[4] La traducción de Ketton fue llevada a la imprenta por Bibliander en 1453 (ver infra). Para las características de esta impresión ver V. Segesvary, L'Islam et la réforme: Étude sur l'attitude des réformateurs zurichois envers l'Islam (1510-1550), Geneve, 1978.

[5] El contenido de este manuscrito, además de la trad. del Corán con notas al márgen, trae casi todo el compendio elaborado por el equipo de Pedro el Venrable, conocido como corpus Toletanum o collectio Toletana: Summa totius haeresis Saracenorum, (Pedro el Venerable); Epistola Petri Cluniacensi ad Bernardum Claraevallis: mito uobis... (Pedro el Venerable); Liber contra sectam siue haeresim Saracenorum. libri II (Pedro el Venerable); Fabulae Saracenorum: Robert de Ketton, precedido de una carta dedicatoria dirigida a Pedro el Venerable; De generatione Mahumet, Herman el Dálmata; Doctrina Mahumet [Dialogo de Abdia], Herman el Dálmata; Lex Saracenorum seu Alchoran: Robert de Ketton; Apoligia Al-Kindi: Pedro de Toledo y corr. por Pedro de Potiers.

[6] Como señala M.Th.d'Alverny, "Deux traductions latines du Coran au moyen âge", en Arch. d'Hist.Doct. et Litt. du Moyen Âge 16 (1948);, p.113-114 y 123: "une soixante d'annés après la constitution du Corpus de Pierre le Vénérable [sc. 1209-1210, según el final del prólogo en el ms. Mazarine 780, fol.2v-3r y 1213 para el final de la traducción del Corán, según las referencias en el fol.113v -M.Th. d'Alverny, p.123-], une oeuvre du mème genre fut recommencé à Tolède, celle-là purement espagnole (...)"

[7] Cf. D.Cabanelas Rodríguez, Juan de Segovia y el problema islámico, Madrid, 1952

[8] Cf. H. Bobzin, "Latin Translations of the Koran. A short overview" en Der Islam 70/1 (1993), pp.193-206.

[9] Stephanus Aratoris, Confutatio Alcorani (1611), cap. 2, paragr. titulado "De divisione libri" dice claramente: "Totus Alcoranus in exemplari latino, traslato a Roberto Retensi anno Domini 1143, diuiditur in Azoaras siue capita 125. In exemplari autem Hispanico, Catalanica lingua conscripto, in Azoaras 112. Non concordant exemplaria. Quia alio Alcorani utuntur Mauri Arabes, alio Persae, alio Turcae, alio Africani". Ver infra.

Junto a esto, cabe señalar la traducción "luliana", elaborada o utilizada por Llull, diferente de las mencionadas, según se deduce de algunas citas del Corán en su propia obra. v.gr. Llibre del gentil e dels tres savis (Liber de gentili et tribus sapientibus), lib.IV, prólogo, para la Sura I: En nom de Deu misericordiós, misericordiejant, al qual sia donada laor, cor es senyor del mon; e ell aor e en ell me confiy, cor ell es endresament de la dreturera carrera de salut (ed. A. Bonner, NEORL II, Palma de Mallorca, 19931, 20012) : In nomine summum opificis, misericordiosi, cui laus tribuatur et honor, quoniam ipse est mundi Dominus, ipsum adoro et in ipso confido, quoniam ipse ueritatis directio et salutis (apud ms. 1414, Roma, Biblioteca Casanatense, fol.134rb. -prim.med.s.XV-).

[10] Hay bastantes obras que han expuesto las ideas que el occidente cristiano se hizo sobre el Islam. Entre las más citadas cabe mencionar las siguientes: Southern, R.W., Western Views of Islam in the Middle Ages, Cambridge, 1962; N. Daniel, Islam and the West, Edinburg, 19601 (trad. franc. Alain Spiess, Islam et Occident, Paris, 1993); E. W. Said, Orientalismo, Madrid, 2002 (trad. española de Orientalism, New York, 1978); Senac, Ph., L'Image de l'autre. Histoire de l'Occident médiéval face à l'Islam, Paris, 1983 (reed. L'Occident médiéval face à l'Islam. L'image de l'autre, Paris, 2000).

[11] Th. Bibliander (ed.), Mahumeti Saracenorum principis eiusque successorum uitae, doctrina ac ipse Alcoran... quae ante annos CCC... D. Petrus abbas cluniacensis per uiros eruditos... ex arabica lingua in latinam transferri curauit... opera et studio Theodori Bibliandri... Bâle, 1543; 15502, 3 partes en 1 vol. in-4º. Sobre esta obra, ver infra.

[12] M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.97

[13] Cf. Voragine (Iacopo da Varazze), Legenda aurea, ed. G.P. Maggioni, Florencia, 1998 [cap. CLXXVII "De sancto Pelagio Papa"].

[14] M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.86.

[15] Ricoldus de Montecrucis, Confutatio Alcorani, Abbreviatio, ms. 3655, fol.114ss. Cf. la referencia del Catalogue général des manuscrits latins [BNF], Paris, 1981.

[16] La crónica, redactada in situ, sobre su viaje a Tierra Santa, el Liber peregirnationis [cf. ed. R. Kappler, Paris, 1997], demuestra unos conocimientos sobre el Islam más profundos que los de la tradición anterior. Esta obra, en la que se pueden encontrar pasajes de elogio a las costumbres de los árabes, dedica en la última parte dedica una monografía a la religión del Islam, ahora en un tono más beligerante.  En rigor, Ricordo no cita aquí la traducción de Ketton.

[17] cf. Migne, PL. CIV, cols. 1037-1042.

[18] H. Bobzin "Latin Translations...", (1993) pp.196; 203.

[19] Naumann, P.-Hölscher, G., Sichtung des Alkorans: Cribatio Alkoran I, Leipzig, 1943. Sigiendo a F. Cardini, Europa e Islam. Storia di un malinteso, Bari, 2001; p. 215: " Il cardinale dedicava il tratato a uno suo grande amico, Enea Silvio Piccolomini, nel fratempo divenuto papa Pio II, al quale esso sarebbe servito per quell'enigmatico documento scrito nel 1461 ch'è l'Espistola ad Mahometem". Sin embargo nosotros hemos comprobado que en el texto de Silvo Eneas [ed. *] no se hallan las citaciones del Corán a partir de la traducción de Ketton.

[20] M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.89,n.p.; H. Bobzin, "Latin Translations...", (1993) pp.194-195.

[21] F. Cardini, Europa e Islam... pp.214-215.

[22] M. Th. d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.105.

[23] Cf. De pace fidei cum epistula ad Ioannem de Segobia (ed. latina de R. Klibansky-H. Bascour, E.J. Brill, Leiden, 1991), trad. cast. de Víctor Sanz Santacruz, La paz de la fe. Carta a Juan de Segovia, Cuadernos de Anuario Filosófico, Univ. de Navarra, Pamplona, 1991.

[24] M.Th. d'Alverny, ibidem, añade todavía mayor interés para nosotros: "Quelques annés plus tard, lors de sa grande légation en Allemagne en 1451, il [Nicolas de Cues] incita Denys Ryckel le Chartreux à écrire à son tour le Contra perfidiam Mahometi [cf. Nicolas de Cues, Cribatio Alcorani, prologue. ed. Bibliander, 1550, 3e partie, 31-32] Ce dernier répondit avec zèle à la demande du cardinal, et composa ce long traité entre 1452 et 1457. Il compred quatre livres, suivis d'un court Dialogus disputationis inter Christianum et Sarracenum".

[25] Cf. H. Bobzin, "Latin Translations...", (1993) pp.194-195. La obra está publicada en Doctoris Ecstatici D. Dionysius Cartusianus, Opera Omnia XXXVI, Tournai, 1908.

[26] Cf. H. Bobzin, "Latin Translations...", (1993) p.197

[27] Cf. H. Bobzin, "Latin Translations...", (1993) pp.197

[28] H. Bobzin, "Latin Translations...", (1993) pp.194-195. Según F. Cardini, Europa e islam... p.214, esta obra, junto a la de Nicolás de Cusa (Cribatio Alcorani), fue utilizada por Pio II para su Epistola ad Mahumetem.

[29] Cf. O. de la Cruz, "La llegenda de Mahoma a l'Edat Mitjana i al Renaixement. La compilació de Bibliander", en Història i llegenda al Renaixement, Girona, 8-11 de juliol de 2002 (en prensa).

[30] Cf. V. Segesvary, L'Islam et la réforme...

[31] Para los avatares a la hora de conseguir manuscritos que sirvieran al propósito de la imprenta, cf. M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), pp.103-104.

[32] L'Alcorano di Macometto, nel qual si contiene la dottrina, la vita, i costumi e le leggi sue. quien, según M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.87: "s'est contenté de la transposer [la versión de Ketton] en italien en prétendant traduire de l'arabe. Cf. Monneret de Villard, Lo studio dell'Islam... p.16, qui rappelle que la supercherie fut démontré par Silvestre de Sacy, dans une notice des Notices et extraits des mss. de la Bibliothèque impériale, 9 (1813), p.103sqq."

[33] Alcoranus Mahometicus, Das ist: der Türken Alcoran Religion und Aberglauben. Nürenberg, Simon Halbmaier, 1616 (ibid.16232). Según H. Bobzin ("Latin Translations...", (1993), pp.197-198) a partir de la versión de Ketton.

[34] De Arabische Alkoran, Door de Zarazijnsche en de Turcksche Prophete Mahomet. Hamburg: Barent Adriaensz. Berentsma, 1641.

Para estas versiones en lenguas modernas, cf. Chr. Fr. de Schnurrer, Bibliotheca Arabica, reed. per V. Chauvin, Amsterdam, 1968 (reimpr. anastática), p.427

[35] L'Alcoran de Mahomet. Translaté d'Arabe en François par le Sieur Du Ryer, Sieur de la Garde Malezair. Paris, chez Antoine de Sommaville, 1647. Según M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.87, "dont Marracci signale des contresens inspirés par l'édition de Bibliander. Cf. L. Marracci, Refutatio Alcorani, I,3". Cf. H. Bobzin "Latin Translations...", (1993), p.201.

[36] Confutatio Alcorani in tribus libris comprehensa. In primo recensetur flagitiosa vita Mahometis; in secundo praemittitur quedam prolegomena utilia et necessaria ad cognitionem Alcorani; in tertio evertitur praecipua fundamenta Alcorani et legis Mahometanae. Authore Stephano Aratore praesbytero et theologo Societatis Iesu. Olomucii excudebat Georgius Handelius iussu Illustrissimi Cardinalis a Dietrischtein. 1611. ed. por Lázár István Dávid, Szeged, 1990 -introd. y notas en rumano, ed. del texto latino-

[37] Según D. Carnoy, Représentations de l'Islam dans la France du XVIIe siècle, Paris-Montréal, 1998; p.35: "[Baudier a] erudition coranique également: il a lu le Coran dans la version de Pierre le Vénérable" y cita: "Cet Alcoran contient 124 chapitres, au moins celui qui est le vrai Alcoran de Mahomet, traduit en latin par Pierre de Tolède, homme savant en langue arabesque, qui donna cet ouvrage à la république chrétienne, par les soins diligents de Pierre de Cluny" (Baudier, p.135)

[38] Según D. Carnoy, Représentations de l'Islam... p.32: "Dans le chapitre XVI du livre 2, le père Dan fait une très sommaire prèsentation de l'islam, dont la brièveté laisse supposer qu'elle reprend des éléments connus de tous. En fati, les détails précis sont rares, noyés dans un flot d'interprétations négatives. Ce qui se rapporte à Mahomet est en fait le resumé de près de dix siècles de récits à demi légendaires, et l'on doit constater que les efforts de Pierre le Vénérable, cinq cents ans aupravant, n'avaient guèrre eu de succès.

Este autor también ofrece una Histoire Générale de la vie, des faits de des aventures de quelques personnes notable prises par les infidèles musulmans (Bibl. Mazarine ms. 1919, cf. Les illustres captifs, manuscrit de Père Dan, analisé par MM. L. Piesse y H.D. de Grammont, A. Jourdan, Alger, 1884)

[39] H. Bobzin, "Latin Translations...", (1993), p. 205. Cf.  Schnurrer, Bibliotheca Arabica, 372. Cf. nota 35.

[40] M.Th.d'Alverny, "Deux traductions..." (1947-48), p.87: "Au XVIIe siècle, un Frère mineur originale de Silésie, Dominique Germain, missionaire à Ispahan, recopia la traduction de Robert, sans doute d'après Bibliander, avant d'entreprendre une nouvelle versión du texte arabe". Cf. Devic, "Une traduction inédite du Coran", dans Journal Asiatique I (1883), pp.343-406.

[41] Cf. G. Zatti (ed.), Il Corano, traduzioni, traduttori e lettori in Italia, Centro Ambrosiano di Documentazione per le Religioni (CADR), Milano, 2000.