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Los Tres Orientes


-Conferencia en el Departamento de Estudios Árabes e
Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid, 15-4-98 -


Mario Sproviero

(Revisión: María de la
Concepción Piñero Valverde)

 

Introducción


Es para mí muy grata esta ocasión de estar en España, país con el que tengo un synpathos cultural. Agradezco, en particular, a la Dra. Aurora Cano por la preciosa oportunidad de estar aquí hoy.

Los Orientes. La dicotomía Oriente–Occidente remonta a la Prehistoria, sin embargo es problemática: hay incluso los que niegan tal partición como ideologicamente condicionada por el Occidente, pero no se puede negar que hay junto con la civilización occidental tres otras grandes civilizaciones. Claro está que solamente en la Época Moderna se tiene conciencia de la bifurcación que remonta a la Prehistoria, cuando hubo la separación de los pueblos, lenguas y religiones –fenómeno unitario– se hizo necesario demarcarlos para tener claridad cuanto a su amplitud. ¿Será que términos tan genéricos como filosofía occidental y filosofia oriental tienen alguna unidad? ¿Estarán incluidas en esta bipartición todas las culturas de la Tierra? ¿Qué decir de las culturas africanas, amerindias, australianas etc.? ¿Hay unidad cultural en Oriente?

Para responder a estas y a tantas otras preguntas congéneres, procedamos por cuatro etapas.

 

1) Occidente y Orientes

Según el enigmático escritor René Guénon (1886 – 1951), crítico acérrimo del Occidente moderno, es posible hablar de una mentalidad oriental opuesta en su conjunto a la mentalidad occidental, pero no se puede hablar de una civilización oriental como se habla de una civilización occidental, ya que hay varias civilizaciones orientales claramente distintas(1). Tendríamos así una civilización occidental y varias orientales. Sin embargo, la unidad cultural(2) de la civilización occidental moderna asentaría en un conjunto de tendencias que constituyen una cierta conformidad mental, una simple unidad de hecho, sin principio, desde que el Occidente se apartó de la Cristiandad, su principio constitutivo hasta la Edad Media. mientras las civilizaciones orientales, por más diversas que sean, cada cual asentando sobre un principio de unidad distinto, traen todas ciertos rasgos culturales comunes, principalmente cuanto a los modos de pensar, lo que permite decir que existe, de un modo general, una mentalidad especificamente oriental(3): un trasfondo común a los orientes.

 

2) Criterio Geográfico

El punto de partida para caracterizar el Oriente y el Occidente es geográfico, sin embargo tales conceptos geográficos revelan profundo contenido cultural. En este sentido, y en primera instancia, podemos decir que el Occidente es fundamentalmente Europa, el Oriente es fundamentalmente Asia. No hace falta subrayar el inmenso contenido cultural de tales realidades. La oposición Oriente–Occidente es la oposición Europa–Asia. Entonces quedan excluidas de la bipartición Oriente–Occidente todas las civilizaciones que no pertenecen a Eurasia, como las de África, de Ámerica, de Australia, de Oceanía, etc.

Es un punto bien establecido por los historiadores, pero no sin alguna contestación, que en Asia han principiado las primeras civilizaciones humanas. Nos dice el famoso historiador italiano del siglo pasado, Cesare Cantú(4) (1804–1895), que Asia es la cuna del género humano y de la civilización, siendo no sólo la parte más extensa del mundo como también la más favorecida por la naturaleza. Por lo menos en el inicio de los pueblos, Asia se aventajaba en relación a Europa. Las primeras grandes civilizaciones nacen en el así llamado Creciente Fértil, región que va desde el Egipto hasta la Mesopotamia. En este caso Egipto, aunque sea África, tiene su historia mucho más entremezclada con los pueblos de Asia que con los pueblos de África, como Etiopía, enemigo irreductible del orden egipcio.

 

3) Grandes Culturas

Cuando se procura caracterizar lo que es una gran cultura –una gran cultura no es necesariamente una cultura superior– no se pretende introducir criterios de valor. Se trata, eso sí, de una cultura que quiere expandirse, que quiere totalizar su espacio geopolítico. Por ejemplo, la cultura que surgió en la confluencia del Río Amarillo y del Río Wei, en China, terminó por dominar todo el espacio de China. Hay todavía hoy numerosas culturas en China que permanecieron en el estado tribal de aquellos tiempos. Esta tendencia a la expansión, que podemos perfectamente llamar de imperialista, o sea, de querer imperar universalmente, es un rasgo característico de lo que se denomina una gran cultura.

Ahora bien, en Europa surgió un gran sistema cultural. Lo que caracteriza la cultura occidental es ser la síntesis de tres culturas: la griega, la romana y la judía, ésta en su componente cristiana(5). A esta cultura se asimilaron y la dinamizaran los pueblos germánicos. Así, ni la cultura griega ni la romana y ni la judía mientras consideradas aisladamente constituyen la cultura occidental. En este proceso de integración de estas tres culturas se destaca, para complicar las cosas, un bloque oriental, el griego–bizantino, en que el componente romano tuvo un papel secundario, y que ha asimilado a los pueblos eslavos. El Imperio Romano de Oriente y el posterior Imperio Bizantino son, por decirlo así, el Oriente occidental, el "Oriente Europeo", pero no lo que llamamos propiamente Oriente. Podríamos decir que sus dos capitales históricas, Roma y Constantinopla, están hoy representadas por Washington y Moscú. Todo esto es sin embargo Europa, o mejor, Occidente. Se debe constatar que fue Rusia la que se expandió hacia Asia, pero podrá esta tendencia revertirse en favor de China.

Paralelamente en Asia, en la que encontramos una increíble pluralidad de lenguas y culturas, surgieron, tras un largo desarrollo histórico, tres grandes sistemas culturales –y no solamente uno– que reciben denominación en razón de su proximidad a Europa –Próximo Oriente, Medio Oriente y Extremo Oriente– y que constituyen lo que hoy se denomina específicamente Oriente.

 

4) Los tres Orientes


El Próximo–Oriente -
El Próximo-Oriente está constituido por la cultura árabe. No fue siempre así. Tuvinos en el pasado innumerables culturas en este espacio: la cultura sumeria, la egipcia, la asiro-babilónica, la persa, la judía, la greco-romana, la greco-bizantina etc. Hoy se da el retorno de los judíos a Palestina, rompiendo el antiguo equilibrio. Hay que señalar que hoy se confunde el Próximo-Oriente con el Oriente-Medio. Habiendo un conflicto en Palestina, los medios de comunicación, en diversos países, hablan de un conflicto en el Medio-Oriente, mientras la televisión alemana en relación al mismo hecho se refiere al Próximo-Oriente (Konflikt in Nahosten). ¡Es como si el Próximo–Oriente no existiese más!(6)

El Próximo-Oriente, según Guénon, principia en los confines de Europa y se extiende por el Norte de Africa. Las poblaciones bereberes del Norte de África no se confunden con los árabes, sin embargo, en la medida en que poseen una unidad, ésta es no solamente musulmana sino también árabe en su esencia. El grupo árabe, en el mundo musulmán, es primordial pues con él el Islam ha nacido y es la lengua árabe, la lengua tradicional de todos los pueblos musulmanes, cualquiera que sea su origen y raza. Al lado del grupo árabe, hay dos otros grupos principales, el grupo turco–mongólico y el grupo persa. El primero comprende los turcos y los tártaros, que aunque se distingan racialmente de los árabes, de éstos dependen culturalmente. Todos éstos forman un conjunto que se opone al grupo persa, formando la separación más profunda que existe en el mundo musulmán, separación que se expresa, aunque no del todo exactamente, diciendo que los primeros son sunitas mientras los persas son shiitas. Sin embargo, también se encuentran grupos musulmanes en India y China. Persia (Irán), por su pasado, raza, cultura y religión antigua, e incluso geográficamente, tendría que pertenecer propiamente a Oriente Medio, pero se ha tornado completamente musulmana.

El Medio – Oriente - El Medio-Oriente está constituido, por el universo cultural indio(7) propiamente tendría que comprender dos civilizaciones: la hindú y la de los antiguos persas, pero ésta, como vimos, ha pasado a integrar el Próximo-Oriente, y los descendientes de los parsis forman pequeños grupos en India y en el Cáucaso. Esta civilización india e hindú comprende en su unidad pueblos de razas bien diversas, con diversidad mayor que las encontradas en Europa. Sin embargo, todos estos pueblos son portadores de una misma cultura, de una misma lengua culta: el sánscrito(8). Esta cultura hindú se ha expandido (más en dirección del Levante que del Poniente) en ciertas regiones como Birmania, Cambodia, Tailandia y algunas islas de Oceanía. Su mayor influjo se ha dado mediante el budismo, en gran parte de Asia central y Oriental.

El Extremo – Oriente - El Extremo-Oriente está constituido por el universo de la cultura china. Se extiende a Vietnam y a Corea. El Japón también está incluido, principalmente por haber adoptado el sistema de escritura china. Sin embargo, posee también una cultura propia, con elementos bien característicos y diferenciados. Este mundo de Extremo-Oriente posee una unidad racial bien más acentuada que los otros Orientes. Lo que unifica esta cultura es principalmente la lengua escrita china común. Podríamos resaltar que el Tibete, pueblo de raza china, cuya lengua pertenece al grupo sino–tibetano, se ha dirigido hacia la cultura hindú y ha empleado un alfabeto derivado del alfabeto devanagari(9).


5) Expansión

Esta división es fundamental. Tenemos claramente tres Orientes distintos con sus lenguas, religiones, culturas e historias distintas(10). Estos cuatro universos culturales, el Occidente y los tres Orientes, se expandieron por varias partes del mundo. Es importante hacer notar que las áreas por donde se expandieron tales culturas, son consideradas como pertenecientes a ellas mismas, así, por ejemplo, el norte de África que ya hubiera sido de cultura Occidental–Cristiana, hoy es de Cultura Oriental–Islámica. Australia, en el extremo este, es de cultura occidental.

 

Conclusión


Hay ciertamente un origen prehistórico de la bipartición Oriente–Occidente, difícil de ser penetrada, señalando, para muchos, una diferencia irreductible(11). Hubo varios encuentros entre Occidente y Oriente, desde la mítica Gerra de Troya hasta las guerras en tiempos históricos, como las greco–pérsicas. El escritor latino Firmianus Lactantius (ca. 250 A.D.-330 A.D.), convertido al cristianismo, en presencia del inminente desmonoramiento del Imperio Romano, dice que según una antigua tradición inmemorial, el Imperio Romano sería destruido volviendo a ser asiático, y esta catástrofe precedería el fin de los tiempos(12). Parece increíble que hubiese permanecido en la conciencia histórica de los romanos una tradición que remite al origen de la separación Oriente–Occidente y que el regreso de Europa a la unidad indiferenciada sería el regreso al caos.

Debemos considerar, para finalizar, que los tres Orientes están vivos y presentes en el mundo de hoy, y que después de la occidentalización global, por medio de la revolución planetaria de la tecnología, están ahí los mismos Orientes, luchando por la supremacía en el propio campo de batalla económico–tecnológico occidental(13). Para el mundo globalizado de hoy es indispensable un conocimiento recíproco profundo entre los Orientes y Occidente. Así, el punto de partida debe ser una demarcación clara de lo que son los tres Orientes y el Occidente en sus unidades y oposiciones.


1. Introduction Genérale a l’ Étude des Doctrines Hindoues. Paris, Les Editions Vega, 1964.

2. Empleamos los términos civilización y cultura en analogía a cuerpo y alma respectivamente: substancialmente unidos sin confusión de substancias. Hay, sin embargo, gran variedad de acepciones y usos respecto a esos términos.

3. Op. cit. p. 53

4. Cf. Historia Universal. Buenos Aires, Editorial Sopena, 1950, vol I, pp. 103–125.

5San Pablo es la figura que no sólo instituye el Occidente como también lo representa: un judío de cultura griega y ciudadano romano. Cf. At 22, 25–28. Este pasaje es -como lo hace notar Julián Marías "Perspectivas de la Filosofía, hoy" (in Notandum 1, en.-jun.-98, Madrid-São Paulo, pp. 43-58)- el acta de fundación de Occidente.

6. Parece que India después de Jawaharlal Nehrú (1889–1964) se ha apartado del escenario internacional. Así se explica que la designación Oriente-Medio se confunda con la de Próximo-Oriente. Sin embargo, en este momento (1998) en que India súbitamente ha retornado a la escena mundial, haciendo asomar la posibilidad concreta de un conflicto nuclear, se pone de manifiesto que el conflicto entre India y Paquistán es propio de Medio-Oriente.

7. Señalamos la obra de Pierre Gourou La Terre et l’Homme en Extrême-Orient. Paris, Flamarion, 1972.

8. Esto no impide que todas las etnias tengan sus propias lenguas dialectales, los varias prakrti.

9. Devanagari, ‘divina escritura de ciudad’, es el nombre del alfabeto sánscrito.

10. Para profundizar el tema recomendamos la obra de Pierre Gourou: L’Asíe. Paris, Hachette Université, 1971.

11. Como Rudyard Kipling (1865–1936), escritor y poeta inglés, que de 1882 a 1889 fue periodista en India. En su conocido romance Kim (1901) profundiza el modo de pensar y actuar de los ingleses e hindúes. Es suya la sorprendente frase: "El Oriente es Oriente, el Occidente es Occidente y jamás se encontrarán".

12. Cf. Johannes Quasten. Patrologia. Salamanca, B. A. C., 1961, pp. 665-683.

13. Esa occidentalización del mundo fue solamente material, no espiritual, la de un Occidente sin su alma: el cristianismo.